La escritura automática es el proceso, o el producto, de escribir material que no proviene de los pensamientos conscientes del escritor. Las manos del escritor forman el mensaje mientras que su mente no se preocupa de lo que será escrito. En ciertas ocasiones es realizado en estados de trance y es utilizado también dentro del mundo del espiritismo como forma de contacto con seres de otros planos.
André Breton fue pionero en el uso de la escritura automática dentro del movimiento surrealista, la cual se convirtió en parte del repertorio de juegos de los surrealistas, desencadenando más tarde en un gran número de otros juegos surrealistas y herramientas que desarrollaron e influenciaron al movimiento en si, dando lugar por ejemplo al Dibujo Automático.
La escritura automática también es utilizada por poetas y escritores modernos para estimular la creatividad y en ocasiones para liberarse del llamado "bloqueo del escritor" debido generalmente a la falta de inspiración.
En la Wikipedia nos explican como iniciarnos en esta extraña técnica de escritura:
- Armar su mano de un lápiz, de un carboncillo, de un pincel mojado en tinta, etc..
- Acercarla a una hoja de papel virgen.
- Relajarse.
- No temer.
- Observar.
- A lo mejor la mano no quiere moverse, se queda quieta, como muerta, sin saber cómo ni por dónde empezar.
- Pero puede también que se ponga a marcar la hoja de papel enseguida, aunque sea un poquito sólo, al principio, antes de coger más fuerza y rapidez.
- Y puede también que se ponga a bailar frenéticamente desde el inicio.
- Puede que decida manchar o destrozar lo escrito anteriormente.
- Observar. Esto es todo lo que está permitido.
- Está prohibido participar en el marcaje de la hoja de manera reflexiva, ni se puede interferir en el proceso, sólo cabe observar. La regla es desaparecer, no intentar actuar.
- Pero es grato – a veces – sentir que su mano tiene una vida propia, tiene su propia energía, su ritmo, unas ideas propias insospechadas, y que sabe más de la cuenta. No se trata de reproducir ni de ilustrar, sólo de abrir nuevos canales creativos.
- En un momento, que es preciso reconocer por arte de magia, se para la composición.
- Está terminada. Ya no se puede ni añadir ni quitar nada.
- No hay regla, con una mancha, a veces, basta...