El origen del champagne

El origen del Champagne viene dado de la región de Champaña, que se ubica en el Noroeste de Francia. En el siglo XV ya era conocido por este nombre en París.

Durante el siglo XVII el consumo de estos vinos se populariza en las cortes inglesa y francesa, esto se debe al impulso generado por algunas de las familias que habitaban la región. Llegado el año 1660, se produjo el embotellamiento poco antes de terminar la primera fermentación, con el fin de poder conservar mejor sus aromas y como consecuencia de esto se pueden apreciar el surgimiento de las burbujas, sobre todo en los vinos pálidos, de baja graduación. Esta efervescencia preocupo a los productores que lo denominaron "vino del diablo" y "salta-tapones", por las botellas estalladas y los tapones que saltaban.

En el año 1670 el monje dom Perignon, introdujo una serie de cambios, tales como la selección de la uva, el corcho cónico sujeto con una grapa metálica y las botellas de vidrio más grueso. A pesar de los esfuerzos del monje el origen de las burbujas continuó siendo un misterio hasta que Louis Pasteur estudiase la fermentación en el siglo XIX.

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